Recomendación

Empujo, abrazo y beso

Empujo, abrazo y beso Hace unos años monté una copisteria con una amiga, Susana. Yo tenía en mente una heladeria, así que un dí...

sábado, 6 de febrero de 2016

Despierta

Despierta



Me despierto y lo primero que veo es a ti, con los ojos cerrados, el pelo despeinado y tu cara de paz plena descansando. Despertarte ahora me resulta muy tentador y no puedo evitar pensar en las posibles maneras de hacerlo para que luego no te enfades por haberte sacado del letargo.

Se me cruza por la cabeza una posible idea, que creo que te gustará... ya lo creo que sí. Me quito la ropa interior, quedándome sólo con el camisón blanco de raso, con pequeños encajes en la parte de abajo y, metiéndome bajo las sábanas sin hacer mucho alboroto, te estiro poco a poco de los calzoncillos.

Noto como te mueves y balbuceas algo ininteligible y te vuelves a acomodar dormido mientras te observo estática, no quiero que te despiertes aún.
Bajo los tirantes de mi camisón, dejando la parte de arriba arraigada a mi cintura y mis pechos están libres.
Me encanta ver como te despiertas siempre con una erección tan apetecible, rara es la vez que no es así, o que tarde en levantarse, lo cual hoy me facilita el trabajo que tengo pensado para ti.
Pongo mis pechos alrededor de tu miembro erecto e intentando apoyarme sin hacer mucho movimiento, lo acojo con ellas. Ahora sí te quiero despertar, mas bien quiero que abras los ojos y me veas a mi así, bajo las sábanas, con tu polla en mis tetas y mi boca en la punta de ella pasándote la lengua despacio, mientras te miro a tus ojos perplejos.

Subo y bajo, mi boca te chupa y noto como te tensas, te mueves y empiezas a gemir medio dormido. Creo que poco a poco empiezas a ser consciente de que el sueño que crees te tener, es una realidad. Noto como el frío se cuela por las mantas y veo tus manos acercarse a mi cabeza, acariciándome el pelo. Tus ojos me mira, aún entrecerrados por la luz del sol que entra y te hace daño, "¿Pero qué... qué estás...?" no puedes ni hablar, echas la cabeza hacía atrás mientras sueltas suspiros y la boca se te abre sola. Me tiras inconsciente del pelo y tengo que apartar la boca. Es una postura incómoda pero el placer que te proporciono lo recompensa con creces.

He captado tu atención, ahora estás despierto y te tengo como quería, así que en un acto de maldad me quito y tu cara de asombro y de incomprensión me dicen que no te gusta la idea y no entiendes de que voy. "¿A donde vas?". "Shh, espera" digo mientras me pongo los tirantes en su sitio y voy hacía mi mesita de noche, abro el cajón y saco mis medias.
"Dame las manos" le digo muy seria. "¿Estás de coña, verdad?" su cara muestra enfado "¿Quieres quedarte así?" le digo mientras señalo a su miembro a punto de reventar. "Pues dame las manos". Acepta a regañadientes, y le ato al cabecero de la cama.

Echo las mantas hacía atrás, dejando la cama libre. Me pongo entre sus piernas y le termino de bajar la ropa. Subo su camiseta sin llegar a quitársela y me monto sobre él, rozándome con su erección.
Le como la boca de manera hambrienta y haciendo un recorrido de besos por su cuello llego hasta su pecho. Subo y bajo mi lengua, siendo consciente de que en cada movimiento que hago, su miembro y mi sexo se rozan y se humedecen... Disfruto viendo como te retuerces y pegas tirones de las ataduras indirectamente, sé que si quisieras soltarte del todo, te habrías cargado mis medias.

Sigo pasando mi lengua por tu pecho desnudo, mientras el vello me roza la cara y el camisón se sube dejando parte de mi piel al descubierto. Me miras, observas todo el espectáculo, aún un poco desconcertado por no saber muy bien que está pasando nada mas abrir los ojos.

Mientras desciendo, tu miembro roza mis pezones duros, a través de la tela y sonrío cuando veo en tu cara el deseo. Llego a tu vientre y sin apartar mis ojos de los tuyos te paso la punta de la lengua por ahí mientras siento tu miembro en mi garganta, palpitando.
Te acaricio los muslos, las ingles y bajo mi cara hasta tu erección. Mi lengua juguetona se acerca a ella pero presta atención a tus testículos, con los que juega mientras te tensas, te intentas mover para apegarte mas a mi y echas la cabeza hacía atrás con ganas de soltarte y agarrarme del pelo.

Tengo tu polla en mi mano, masajeando despacio, de abajo arriba, mientras mi lengua te dejo mi saliva en cada centímetro de tus partes intimas. Me ves como lamo, como subo con mi lengua por tus testículos y me meto tu erección en mi boca, entera, hasta al fondo y me quedo quieta un segundo que te parece eterno. Subo y bajo y me vuelvo a quitar. Me subo el camisón y me siento sobre tu boca, moviéndome desesperada esperando que me des lo que quiero. Te agarro la cabeza , hundiéndome en ti, y siento como tu lengua me recorre y mis gemidos empiezan a salir de mi boca, descontrolándose y desesperándome.

No puedo aguantarlo más, y esta tortura que en un principio iba para ti empieza a afectarme a mi, así que me coloco sobre tu miembro y sin dejar de mirarte lo agarro y me lo empiezo a meter despacio, lentamente, mientras te miro y ves como mi cara experimenta el placer, como mi boca se abre para ti, mientras mi carne te recibe en su interior. Suspiro, subiendo y bajando despacio, apoyándome en tu pecho mientras mis tetas se van acercando a tu cara con cada embestida que yo misma me hago. Me gusta follarte, sentirte indefenso debajo de mi, ser yo la que manda en nuestro placer.

Tu cara se contrae con cada movimiento, te veo como sacas la lengua para intentar pillar mis pezones cada vez que pasan por tus labios en el sube y baja. Aumento mas el ritmo, empalándome hasta el fondo una y otra y otra vez, más y más fuerte, mas intenso. Me apoyo en tus muslos, y tienes una visión completa de mi con el camisón enrollado en mi cintura, mis pechos libres con los pezones duros, y ves como te hundes y sales de mi siendo yo la que domina.

Me muevo con movimientos lentos y rápidos, sólo por ver tu cara de sorpresa y excitación, y "Ahh" los gemidos se me escapan, mi cuerpo se tensa, mis nervios se elevan, mi pulso se dispara y me muevo con ganas desesperadas por correrme sobre ti, contigo en mi interior. Y lo hago, clavándote las uñas en la piel tanto, que te hago sangre sin darme cuenta. Demasiado te he hecho sufrir, así que me impulso hacía delante, te desato las medias de las manos y dejo que me hagas lo que te apetezca.

Me das la vuelta, poniéndome a 4 patas y me agarras de las caderas para penetrarme rápido, con ganas y azotándome mientras me dices "Te vas a enterar la próxima vez... voy a torturarte hasta que me supliques que te folle con todas mis fuerzas". Entre embestidas, azotes y tirones de pelo noto como el placer se apodera de él y se corre en mi interior, quedándonos exhaustos sobre la cama, con su peso presionando mi cuerpo y completamente agotados.


"Buenos días, cariño" logro decir entre risas ahogadas.

1 comentario: