Inocente dulzura (1
Parte)
- Que no quiero, y ya está. - Dije
mientras volvía la vista al móvil. - No me apatece chuparme dos
horas de carretera por un fin de semana en el que tengo que poner
cara de gilipollas sonriente.
- Venga, exagera más. - Levantó los
brazos llevándoselos a la cabeza. - Has venido otras veces,
conociendo el sitio, ¿Por qué ahora no?
- Pues por que son dos horas de coche,
y me marea. - me levanté del sofá y me fui a por un té. - Me marea
mucho y más con esta calor.¿Qué quieres? ¿Que acabemos este
bonito y precioso fin de semana lleno de encanto en urgencias?
Vale que esto último rebosaba sarcasmo
e ironía, pero es que la idea de acompañar a mi novio al culo del
mundo por un fin de semana de trabajo, sí, TRABAJO, no me molaba
nada. Iba a estar dando vueltas de un sitio a otro como un tonto sin
guitarra y fingiendo tantas sonrisas que iba a parecer el Lunes que
habría dormido con una percha en la boca. Me niego. Estoy reventada
de toda la semana, lo único que me apatece es quedarme el finde en
el sofá, con litros de té con limón y mi fiel compañero. El
móvil. Me había enganchado últimamente a una App donde conoces
gente, haces el gamberro y ahí queda todo bajo un "sí sí, me
conecto mañana" y mañana no llega por que te cambias el nick.
Quería mi fin de semana de móvil y tonterias, LO MERECÍA.
Me puse a hacer de comer, viendo que la
cara de mi novio era un poema cada vez que le miraba. Intentaba
hacerme chantaje emocional el muy cabrón y hacerme sentir mal hasta
que dijera que sí. Pero es que yo quería decir que no. ¿Me
entendéis? Que no quería ir a ningún lado. Su trabajo es tan
divertido como que te disparen pelotas de goma en el culo. Haceros a
la idea.
- ¿Por qué no quieres ir? - Dios
bendito, me daba la comida, enserio. - Siempre dices que no te llevo
a ningún sitio.
- Por que no me llevas, por eso lo
digo. - Puse cara de maceta mustia, lo juro. - Llevarme de
acompañante a presentarme a tus clientes no es llevarme por ahí. Es
como si llevaras una secretaria.
- ¿Pero que gilipolleces estás
diciendo?
- Buff.... - Bufé negra ya, este tío,
mira que le quiero, pero me chupaba la energía. - Vale, iré. Pero
como se te ocurra tenerme después de las reuniones encerrada en el
hotel viendo como te rodeas de papeles te vienes tu solo de vuelta a
casa.
- Es trabajo, tendré que tener
papeles. - Dijo aguantando la risa.
- Te la estás jugando, cariño, y
puedes perder. - Le apunté con el dedo sabiendo que ese gesto le
ponía de los nervios y sí, acerté.
Era Jueves, quedaba poco para irnos al
maldito viaje. Así que tenía poco tiempo para preparar las cosas y
dejarme la casa medio decente por si, como decía mi madre y abuela,
"pasa algo". Que por otro lado no lo entiendo, por que pon
tu que nos estrellamos en la carretera, ¿Qué mas dará como esté
mi casa?, lo importante es la carretera donde yo esté y el hospital
al que me lleven, ¿no?. Bueno que me voy del tema. Que tenía mucho
que hacer.
Sin embargo... el móvil, ese maldito
artilugio de satanás me tenía enganchada hablando con un guaperas
que según decía me llevaba 10 años. No me miréis así... es
internet, yo también puedo decir que soy astrofísica y la realidad
es que soy administrativa contable. Bueno quien dice contable dice
que cuenta... papeles. Internet es un nido donde cualquiera puede ser
quien le gustaría, así que para alejarme de la rutina diaria de mi
vida real probé el consejo de mi amiga Lucía "Registrate con
un nick atrayente y verás cuantas ventanas se abren" en el
momento me quedé un poco loca, pero haciendo caso de su consejo
terminé enganchada al móvil todo el puto día. Y por esa razón no
quería ni irme de viaje ese fin de semana. "Es internet, es
virtual, no son cuernos. Deja de ser tan mojigata que sólo te falta
el habito". Claro, para ella era fácil, las bragas se le
bajaban solas por la calle así que imaginad. Pero el caso es que...
sí, acepté su consejo y la verdad estaba contenta y satisfecha, me
lo pasaba muy bien y me encontraba cada uno que... incluso se lo
contaba a mi novio. No todo claro. Como voy a contarle que tuve una
relación amorosa de dos días con un tío de nick "Príncipe
nabo", no lo iba a entender, así que cosas como esas las dejé
para anécdotas futuras. Pero no todo era así de surrealista, no.
Había tíos que si eran así de verdad yo quería tener un bolsillo
como el de Doraemon, sacar una puerta, e ir casa por casa a hincar el
diente. Sobretodo el que hablaba conmigo hacía una semana
"Teniente6969" con es nick quise cerrar la ventana nada más
la vi parpadear, pero bueno, dado a mi fetichismo por los militares
dejé mi curiosidad seguir adelante. El teniente que me sacaba 10
años era un cerdo. Pero un cerdo, esto igual me deja en mal lugar,
un cerdo encantador. La lengua sucia que tenía no hacía sino
aumentar mi curiosidad y obsesión por hablar con él un día, y otro
y otro más. Me decía cada cosa... oh dios mio, que labia, que
tontorrona me ponía, y me salía la sonrisilla esta típica de
gilipollas que se pone mientras miras el móvil hasta el punto que mi
novio me decía que si estaba bien. Aclaro que no, no era teniente,
igual que yo de inocencia tenía poca.
Divinamente, decía yo. Además que sí.
Me lo pasaba en grande con él y habíamos tenido mucho feeling en
cuanto empezamos a hablar. Pero ya está, ahí quedó todo. Teniamos
nuestras conversaciones subidas de tono como el que más,
fantaseábamos, yo como "Inocente Dulzura" y él como el
"Teniente6969". No hablabamos de la vida personal ni
privada, sólo sabíamos lo básico, estabamos con pareja, la edad y
punto. Tampoco voy a contarle a un desconocido mi día a día, no
estoy tan loca... aún.
Estoy terminando de limpiar hasta los
azulejos del baño para dejarlo todo como mi señora madre me ha
inculcado cuando mi móvil sonó. Otro mensajito del Teniente. Sólo
le había hablado de él a mi amiga, y según ella llamarlo teniente
era muy friki, era mejor llamarlo señor X. Lucia me flipa cada día
más. El señor X decía que me echaba de menos y que hoy había
estado muy callada, que donde estaba esa boca que le gustaria morder.
Claro, a estas alturas eso es una
tonteria pero una tiene una edad en la que si le dicen estas cosas de
quinceañera pues se pone imbécil. Por cierto, mi edad es 28, así
que el teniente rozaba el papel de madurito que me ponía como una
moto y tenía... barba. ¿Quién puede decir que no a eso? Nadie. Los
hombres de verdad llevan barba y si Lucía me lo dice, es que es
verdad. Por que ella carrera no tendrá, pero tiene un Máster de
Fornicación de la Real Academia de tíos buenos. Así que si Lucia
dice que los hombres vuelan, ¿quién soy yo para decir lo contrario?
Inocente_Dulzura: Estoy haciendo las
maletas
Teniente6969: ¿Vas a venir a verme?
ID: Eso te gustaría a ti
T: No te lo negaré. ¿Pero me vas a
decir a donde vas?
ID: Acompaño a mi novio a un viaje
de negocios este fin de semana.
T: Que bien, estarás entusiasmada.
ID: Oh si... extasiada.
T: Y donde es
ID: A ti te lo voy a decir para que
vayas a verme. ¡ja!
El resto de la
conversación os lo ahorraré, por que total, guarradas ya hemos
leído todos muchas veces y esto no es una novela erótica para mamis
aburridas ni una película porno. Me puse a hacer las maletas, por
que todos sabemos que cuando una mujer sale de viaje tiene que llevar
muchas cosas, "por si acaso hace frío" "por si acaso
hace calor" "por si acaso esto no me pega" "por
si acaso se me arruga" "por si acaso...." vamos que
terminas preparando equipaje para quedarte a vivir allí en lugar de
para un fin de semana. La cara de mi novio al ver tanta cosa fue una
mezcla entre terror y pena. Yo no sabía si reirme o decirle que era
una broma.
- ¿Pero ésto qué es? - dijo mientras se quedó mirando la fila de maletas y bolsos en la entrada del piso.
- El equipaje. - dije tan tranquila mientras pasé por delante de él a dejar la cena en la mesa.
- Menos mal que me has hecho el mio por que estoy reventado. - Se sentó en la mesa y se desabrochó los botones de la camisa.
- Eh... no. - Respondí nerviosa.
- ¿No qué?
- Que no te he hecho el equipaje. Ese es el mio.
- ¿Pero cuanto te crees que es un fin de semana? Si no hay coche para tanta maleta.
- Es que no sé que llevarme por si acaso cambia el tiempo. Además tendré que vestirme presentable.
- Si, pero no hace falta que te lleves todo el jodido armario, mujer. - Se levantó y fue a abrir el equipaje. - ¿Para que quieres 5 pares de zapatos? ¿Es que eres un pulpo?
- Imbécil, van a juego con la ropa que llevo.
- Pues a ver, un fin de semana, sábado, domingo... son dos días, dos indumentarias y dos pares de zapatos. Que no se por qué tienes que ser tan rara con eso. Ponte los mismos.
- Todos no pegan con la misma ropa.
- Mira, estos. - Sacó los negros de aguja anudados al tobillo con un lacito detrás. - el negro pega con todo.
- Si me tiro dos dias con esos zapatos me tendrán que amputar los pies.
- ¿Y para que te los compras?
- Para ponérmelos.
- Y estos – Me sacó las sandalias de cuña burdeus con el broche color crema. - Parecen más cómodos.
- Pero son muy informales y el color no pega con todas las prendas.
- Mira, llevate lo que te de la gana pero mi maleta la hago yo. Si lo sé no me esfuerzo para que vengas, es como llevarse una tienda de viaje.
- ¡Tu querías que fuera! Ahora no te quejes si quiero estar guapa.
Salió del salón
cuando cenamos y se fue a nuestra habitación a preparar su equipaje.
Está claro que los hombres son más practicos que nosotras. Se llevó
lo justo para dos días, el no pensaba que fuera a haber un huracán
ni una ola de calor, no no. Él lo justo. ¿Que hacía frío? Pues
muy bien. ¿que hacía calor? Estupendo. A veces no sé como no
terminabamos extrangulándonos el uno al otro por lo diferentes que
éramos en algunos aspectos.
Poco faltaba para
lo que iba a ser un fin de semana que no me creía ni yo. Me acosté
tarde, cansada y me tuve que beber dos valerianas por que no había
dios ni su madre que me hiciese dormir. Y es que odio viajar, aunque
sea al pueblo de al lado, imaginad dos horas de coche. Me muero. Que
alguien me mate por favor. Me desperté todo el rato por la noche,
arrimándome muy mimosa a mi novio a ver si la cosa se templaba y
podía relajarme para dormir. Pero nada, el tío dormía como un
tronco y no había forma de despertarlo. Así que me propuse
relajarme sola.
Me puse boca
arriba, bajé mi mano hasta mis bragas, agradeciendo que no me había
puesto pantalones, y cerré los ojos dejándome llevar. Metí mi otra
mano debajo de mi camiseta y me pellizcaba el pezón, mordiéndo mi
labio inferior, acelerando el ritmo, deseosa de sentir como me corría
y me quedaba exhausta. Creo que desperté a mi novio con el
movimiento mio bajo las sábanas, y recalco creo, por que no se si
estaba despierto o dormido, ya que directamente se puso sobre mi, me
agarró las muñecas a la altura de la cabeza con una mano y me
penetró directamente hasta el fondo de un empujón haciéndome
gemir.
No decía nada,
sólo notaba lo duro que estaba mientras entraba y salía de mi
interior con fuerza, sintiendo su respiración acelerada contra mi
boca. Me mordió los labios y mi orgasmo lo incitó a correrse él
también. Salió de entre mis piernas y siguió durmiendo, yo me
quedé en la gloria bendita y me quedé frita al poco.
Levantarse a las 7
nunca es de buen gusto y menos aún si sabes que las próximas horas
serán metidas en un coche. No podía desayunar, no podía con mi
cuerpo y terminé entrando con cara de asco en el vehículo y con un
bolsito lleno de bolleria envasada. Igual el chocolate me quitaba la
mala ostia que tenía encima. Pero que va. Me dormí por suerte. Me
despertó el sonido del móvil y vi en la pantalla como el señor X
me daba los buenos días. Respondí, haciendo que mi humor se
suavizara. Me vino bien aquello como distracción, por que estaba a
nada de tirarme por la ventanilla. ¿He dicho ya que odio viajar?.
Me estaba comiendo
un bollo relleno de chocolate cuando uno de sus mensajes casi hizo
que me atragantara. "Si yo fuera conduciendo a tu lado estaría
una mano al volante y la otra en tus bragas". Si claro, eso
queda muy bien sobre el papel, mas bien sobre el móvil, por que
luego en la vida real piensas en el multazo que te llevarías y se le
baja todo. Y cuando digo todo, es TODO.
Pero bueno, el
hombre ponía empeño ¿tenía yo algo mejor que hacer? Pues no. Así
que le seguí el rollo y me puse a fantasear con él sobre como
montarselo en el coche. Algo que nunca había hecho, todo sea dicho.
T: Te echaré de menos el fin de
semana dulzura.
ID: Que esté de viaje tampoco
significa que deje el móvil.
T: Es que yo también trabajo, asi
que...
ID:Nunca me has dicho de que
trabajas.
T: Bueno, fuiste tu la que no
querías que se sacasen más "detalles de la cuenta"
ID: ¿Y no me lo vas a decir?
T: ¿Y que recibo a cambio?
ID: ¿Qué quieres?
T: Pues espera que piense...
Follarte.
ID: Claro, eso está hecho. ¿Algo
mas fácil de cumplir?
T: Una foto de ti ahora mismo con la
mano en las bragas.
ID: Estás loco, tengo a mi novio al
lado.
T: Por eso.
La loca era yo.
Porque mi instinto infantil y mi "a que si que puedo" me
hizo revolverme y ponerme de tal manera en el asiento que con una
mano sujetaba el móvil y la otra me metía dos dedos por la
cinturilla de las bragas, insinuando que me iba a "tocar".
Mi novio se giró mirándome y su cara preguntaba por si sola.
"No preguntes"
le dije y se centró en la carretera. La tonteria me estaba poniendo
cachonda como una perra, no entiendo exactamente por que, pero me
estaba acordando de la mala influencia de Lucia. Maldita hija de su
madre.
-¿Que coño te
pasa? - Preguntó mi chico.
-Nada, los viajes
que me dan mucho asco.
-Pues tienes cara
de precisamente lo contrario.
-Bah, conduce a ver
si llegamos de ua maldita vez a ese hotel.
Durante todo el
camino iba pendiente del móvil, por que después de mandarle la foto
no me habló, y me quedé como una tonta esperando... tanto que
cuando llegué al hotel salí disparada a un enchufe para ponerlo a
cargar, pero en el baño, donde aproveché y me metí en la bañera
hasta arriba y me quedé en remojo un buen rato. No pude evitar mirar
el móvil a riesgo de morir electrocutada o partiendome la crisma
contra el marmol de la bañera, y puse la cámara frontal y me hice
varias fotos jugando con la espuma tapando mi cuerpo, o al menos las
zonas más "interesantes" de este. Me fui a la App y le
pase las fotos al señor X. Su respuesta no tardo en llegar.
Cosas como
"¿quieres que te aclare yo? ¿Estás tan mojada por dentro como
por fuera? O ¿quieres que te seque a lametazos" me daba una
mezcla entre risa y ganas de que eso pasara. ¿Estoy loca?
Posiblemente. Y cuando volviera el Lunes a casa iba a soltarle un
discurso a Lucía de la ostia, por que ella me advirtió de gente
desequilibrada, pero es que esto era un hombre que me empezaba a
hacer pasar buenos ratos y hacerme pensar cosas que moralmente no
están bien vistas. Por lo pronto terminé tocándome en la bañera
siguiendo las "ordenes" del señor X y le pasé varias
fotos más en toalla dejando casi un pecho al descubierto.
Ah, y no me dijo en
que trabajaba. Lo cual me empezaba a mosquear...¿Y si era algo que
iba en contra de la ley?
Esa noche no
salimos el hotel mi chico y yo, fuimos a cenar a la planta de abajo
al restaurante del mismo y cuando acabamos subimos a la habitación.
Estabamos agotados.
Aunque no tanto
como para dejar pasar esa noche por alto. Cuando estaba encendiendo
la luz llevé mi mano a su paquete, tiré de su cinturón hacía a mi
y le besé, invadiendo su boca salvajemente, cogiendo su mano y
poniéndola sobre uno de mis pechos, sabiendo que eso le encantaba,
que pareciera que yo llevaba el control. Poco pasó hasta que la
verdad salió a la luz y como siempre, tomó el mando. Me agarró del
pelo y me estampó contra la pared, poniendo mi cara sobre esta, ¡ay
las gafas! y haciendome sentir el frío. Agarró mis manos, las llevó
hacia atrás y las ató con el cinturón que se había quitado. Me
dejó inmovil en cuestión de segundos. Seguía tirando de mi pelo
hacía él y notaba como los pezones duros se rozaban con la pared
ignorando la tela del vestido.
Escuché la
cremallera de su pantalón bajarse, sentí como subía mi vestido con
rapidez y desesperación hasta enrollarlo en mi cintura y rozó su
miembro en mi culo, pasandolo por entre medias de los cachetes. Yo me
insinuaba, inclinándome y moviéndome un poco incitándole a que me
la metiera, pero no lo hizo. En su lugar me abrió las piernas, se
puso de rodillas y agarrando mis muslos lamió mi sexo de abajo
arriba haciéndome temblar en su boca. Quería agarrarle del pelo y
hundir su cabeza ahí, que me comiera entera, pero no podía. Estaba
atada.
Pequeños espasmos
me recorrian todo el cuerpo, más aún cuando sus dedos entraban y
salían de mi, mientras su lengua recorría un camino de placer que
me hacía gemir contra la pared. A estas alturas, las gafas me daban
tan igual que moví la cabeza un poco hasta tirarlas al suelo. Le
escuché reirse y sentí su aliento chocando en mi sexo. Siguío un
rato de tortura placentera hasta que notó que iba a correrme y se
detuvo.
Se puso de pie,
enrrolló mi pelo en su mano, y aprovechó para presionar mi nuca
hasta dejarme comiéndome la pared. Sentí como me levantaba un poco
una pierna con la otra mano y se colocó en mi entrada, empujando
despacio hasta mi interior. Sentía el baile de su miembro entrar y
salir, rozarme con la punta y volver a meterla de un empujón, cada
vez más fuerte, mas salvaje, más animal... "¿Esto es lo que
querías para el fin de semana?¿diversión? Si querías que te
follara podrías haberlo dicho en lugar de negarte a venir".
"Más" logré decir mientras ejercía presión sobre su
erección para sentirla más hasta el fondo.
Notaba sus dedos
clavarse en mi cintura, mi carne tendría sus huellas dactilares
mañana, me apretaba tanto y era tan bruto que sólo conseguía
encenderme cada vez más hasta que no pude soportarlo más, y me
corrí con él dentro de mi. Gimiendo contra la pared y dejando mi
marca humeda en ella. Siguió un poco más hasta que sentí ese
pequeño placer de notarlo correrse en mi interior, tan cálido, tan
apetecible, tan relajante... Cuando salió noté como su semen caía
por el interior de mis muslos aun caliente, su respiración agitada y
una sensación de gozo que me llenaba.
Buen relato, casi mejor la ambientación que los dos sexos narrados de lo rápido que fueron jajaja.
ResponderEliminarY algo me dice que ese Teniente6969 va a estar en esa reunión de trabajo xDDDDD