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lunes, 28 de marzo de 2016

El vecino +18



El vecino


"¿Dime?, creo que esta tarde la tengo libre, puedo pasarme y dejarlos en tu casa. Sí, tengo las llaves ¿recuerdas?, además, siempre está tu asistenta ... Claro, te aviso cuando te los deje." Cuelgo el teléfono tras hablar con mi amigo Carl y voy a hacer lo que tenía pensado para esta mañana. A la tarde me pasaré por su casa para devolverle unos CD's que me prestó la semana pasada y que quiere recuperar.

Abro la puerta de casa de mi amigo con la copia que tengo. Ambos tenemos una del otro para casos de emergencia, y como nos conocemos desde hace tantos años, nuestra confianza es extrema.
Avanzo por el recibidor hasta la pequeña salita que está comunicada con el salón y dejo los cd’s encima del mueble del equipo de música. Me parece ver luz y escucho la tele, me doy la vuelta y veo que está encendida "¿Carl?, pensaba que no estarías esta tarde".

Una cabeza se asoma por el sofá de piel rojo que hay frente la televisión y veo una cara que no conozco de nada. No es Carl. "¿Quién eres tú?" pregunto recelosa, Carl no me había avisado de que habría alguien aquí y dudo mucho que un ladrón se siente a ver la tele como si fuese su casa.
"Soy amigo de Carl. Perdona si te he asustado, no sabía que vendrías". Me acerco despacio, aún desconfiando de él y me presento. "Me llamo Kat. Carl me dijo que viniera a devolverle unas cosas, no me aviso que habría alguien." "Creo que no lo sabía." Hace una mueca como de disculpa y prosigue "Aparte de amigo soy su vecino, a veces me vengo aquí a ver la tele y ver algunas series. Tiene contratado Tele por cable y bueno, me dijo que podría venir. ¿Te incomodo?"

Su pregunta me coge por sorpresa, pero no tanto como darme cuenta que me está mirando de arriba abajo. "Em, no no. Está bien, yo me iba ya" "¿Quieres tomarte algo? Iba a pedirle a Sam que preparara algo." "Gracias, no es necesario". En ese momento capta mi atención la televisión, está saliendo el penúltimo capítulo de una de mis series favoritas y me quedo embobada mirándola.
"¿La ves?" salgo de mi entusiasmo y respondo con la cabeza, y automáticamente la vena seriéfila sale de mi sin avisar. "Sí, aunque no tengo tele por cable y el capítulo que echarán después de este tendré que verlo mañana. Es un gran actor el protagonista, es una lástima que sus papeles siempre sean de degenerado, se va a encasillar en ser un pervertido"

Se le escapa una carcajada y me quedo muda al ver lo que acabo de decir. Me arde la cara y me voy a la cocina sin decir nada más y saludo a Sam. "¿Trabajando hasta tarde, Sam?" le doy un beso y la abrazo, hacía días que no la veía y siempre ha sido muy buena conmigo. "¿Qué estás haciendo aún aquí?, pensaba que Carl te daría libre los días que él no esté" tras ponerme al día y comentarme que prefiere estar aquí y hacer compañía al gato, que estar en su casa sola y deprimida, me pongo con ella a preparar café. Sé de sobra que casi siempre está en casa, aunque él le dé días libres.

El gato de Carl viene a provocarme y no puedo evitar agacharme, cogerlo en brazos y juguetear con él encima de la mesa "No digas a Carl que subí a Flyn aquí encima o me matara con su discurso sobre los gérmenes de gato en la cocina". Entonces Flyn, como buen gato cabroncete que es, se mete en el fregadero y se pone a orinar. "Joder, Flyn, no me extraña que tu dueño esté tan enfermo con los gérmenes."
Veo a la pobre Sam con intención de fregar todo con lejía y como me siento culpable por haber puesto al gato ahí, arranco la lejía de las manos de Sam y me pongo a limpiar el fregadero. Pongo un cubo con jabón y el desinfectante en la mesa y el gato, dispuesto a seguir haciendo travesuras, salta a la mesa, tira el cubo, empapa todo, me mancha a mí y mi camiseta blanca de algodón ahora huele a limón y a lejía.

No sé cuántos rezos suelto, pero ninguno es bueno, y me pone aún de peor humor que el amigo de Carl esté detrás de mi descojonándose de risa a mi costa. "No Sam, tranquila, lo haré yo" "Pero es mi trabajo, Kat" insiste la pobre intentando limpiarme la camiseta empapada y queriendo coger la bayeta. "No, tranquila, ha sido culpa mía, yo limpio." Veo su cara de frustración y para suavizar le digo "trae una camiseta de Carl, anda. Que no vaya oliendo como un anuncio de limpieza por la calle" Asiente sonriendo y me estrujo la camiseta mientras me quedo sola en la cocina y me meto en la zona de la lavadora. La cocina es amplia, pero no tiene puerta porque está comunicada con el salón, así que me niego a desnudarme con un extraño ahí.

Me meto en la zona de la lavadora y me quito la parte de arriba, por suerte los vaqueros siguen intactos, aunque un par de gotas me hayan salpicado.
Sam vuelve y me da una camisa blanca de Carl que me sirve de vestido. Le sonrío cuando veo que es la camisa que me suelo poner yo cuando me quedo con él en casa algún fin de semana.

Ya seca, me voy a la cocina y empiezo a limpiar la mesa donde Flyn había derramado el cubo. Estoy pasando la bayeta y estrujando cuando siento un escalofrío en mi espalda y noto como algo me roza. Me quedo quieta sin saber reaccionar, trago saliva antes de entender que el amigo vecino, está ahí. Sigo con lo mío tras un lapsus y sus labios rozan mi oído "¿Necesitas ayuda?" "No. Estoy...está bien así, casi he terminado". Trago saliva tensa y veo que la cara de Sam tiene una expresión que no había visto hasta ahora. Está incómoda y mucho.

"Sam, ¿por qué no vas al súper y me traes algunas cosas?, por favor. Ya ayudo yo a Kat" cambia su tono cuando pronuncia mi nombre y de nuevo, un escalofrío arrasa mi cuerpo. Sam me mira, y asiento, no quiero que tenga problemas o se sienta mal por mi culpa. "No te preocupes Sam, acabo en seguida y me voy". Le sonrío mientras se va de la cocina y me deja sola con este tío que no sé ni su nombre.

"Mira la que ha liado el gato…" posa su mano sobre la mía y me guía en la limpieza de la mesa. Trago saliva, me pongo nerviosa y noto como el pulso se me acelera. Esto no puede ser nada bueno. "Ha sido culpa mía, lo he subido a la encimera y…" me callo cuando siento como su cuerpo se va pegando más al mío, apretándome contra él. Se me seca la boca, me arde la cara y siento que se me contrae todos los músculos de mi cuerpo.

Empiezo a notar como su erección crece en mi cintura, clavándose en mi piel y cierro los ojos. "joder" me digo intentando ignorar eso. Sólo quiero terminar esto y largarme antes de que se ponga la cosa de otro modo.
"No te preocupes, Carl no se enterará de lo que ha hecho Flyn, además se nota que te gusta jugar con él... supongo que le tienes mucho cariño por parecerse al tuyo"

Me quedo un rato pensativa, ¿cómo coño sabe él que mi gato es como Flyn? Ambos son hermanos, Carl y yo nos quedamos con uno cada uno cuando los daban en adopción. Iba a preguntarle cómo sabía eso, si Carl le habría hablado de mí o le había contado la anécdota de la adopción, pero entonces su mano libre rodea mi cintura y se esconde bajo la camisa. Antes de que pueda decir nada me susurra en el oído "Te preguntarás como lo sé. Pero tenía muchas ganas de conocerte, Kat. Esas fotos que subes no te hacen justicia, la verdad. No sólo vengo a ver la tele, también cojo de vez en cuando el ordenador de Carl, y ambos sabemos lo descuidado y simple que es con sus contraseñas. " En mi mente me veo pisándole la cabeza a Carl. Ha dejado mi página privada abierta y ahí subo fotos muy personales, no desnuda, pero si lo bastante claras.
“Es de mala educación ver las cosas privadas de los demás, y no va sólo por entrar en el ordenador de alguien sin permiso”.
"Bueno, quizás no tendrías que subir esas fotos". Su mano se cuela en mis vaqueros y desabrocha el botón. Le agarro y me doy la vuelta "Eso no te da derecho a verlas ni a que te tomes libertades, ¿Qué crees que estás haciendo?" le pregunto mosqueada. "Déjame pasar", pero él no se mueve, sólo me mira, sonriendo, de arriba abajo y devorándome con los ojos. "Si es una broma no tiene ninguna gracia".

Me sienta sobre la mesa, que ya está más que seca y se pone entre mis piernas. "¿Tengo cara de bromear? Tenía muuuchas ganas de conocerte. Llevo un tiempo viendo tus fotos y aunque Carl no suelta prenda de ti, no puedo evitar cotillear su pc para ver que puedo saber sobre ti. Y hoy... ¡sorpresa! Aquí apareces."
Vale debo reconocer, o más bien mi parte inconsciente, reconoce que esta situación me está empezando a calentar, pero es un desconocido y no se ni su nombre.

Me quedo muda, estática, sin saber cómo actuar ante esta situación nueva para mí. Sus manos su mano sube por mi muslo y la otra me acaricia la barbilla y el cuello, bajando hasta el primer botón de la camisa y desabrochándolo sin mucho esfuerzo. "¿Qué haces?" pregunto entrecortada, incapaz de moverme. "Nada que no quieras, eso seguro". Se acerca a mí, mientras sus labios rozan los míos, sus manos desabrochan mi camisa hasta dejarla abierta, me besa, invadiendo mi boca con su lengua y excitándome cada vez más.
En mi barriga noto su erección, cada vez más grande, más dura y más...apetecible. Me agarra los pechos, cubiertos por el sujetador y me los masajea, mientras dejo escapa suspiros en su boca e inconscientemente agarro sus manos guiándole yo.

Dejo que me toque, le invito a ello, y sonríe en mis labios triunfador. Me saca los pechos del sujetador, sin llegar a quitármelo y yo le desabrocho el cinturón sin dejar de besarle. Me ha calentado, y en lo único que pienso ahora es en el momento y dejarme llevar, mañana me echaré el sermón moral.
Acaricio su paquete, mis manos recorren su erección bajo los vaqueros y se aparta de mi boca para soltar el aire. "No sabes la de veces que había imaginado esto" y sus palabras no hacen, sino calentarme más. "Pues déjame hacer tus sueños realidad" Le digo aún sin saber de dónde he sacado esa prepotencia.

Le abrazo con las piernas e impido que se mueva. Le abro los vaqueros y saco su miembro y lo acaricio, despacio, mirándole a los ojos mientras le indico con los míos lo que quiero que haga. Me levanta y me quita los vaqueros dejándome en bragas sobre la mesa. Me tumba, y se apoya sobre mí, sintiendo su dureza en mi barriga, besándome el cuello, acariciando mi cuerpo, mis muslos, llevando su mano a mis bragas y acariciándome mi sexo por encima de la tela. "Veo que también te ha gustado conocerme, estás muy cálida aquí abajo”, y trago saliva.

Se aparta, se quita la camiseta y deja su torso al descubierto, justo como me gusta, sin depilar, fuerte, rudo. Acerco las manos para acariciarle y él se inclina para mí, mientras me acaricia los pezones con una mano y con la otra aprieta un dedo en mi interior, aun con la tela puesta. Me besa, me lame, va bajando por mi pecho, lamiendo mis pezones y pegándome bocados que me hacen arquearme. Agarro su cabeza, no quiero que pare, y como si leyera mi mente, hace caso y desciende, haciendo un recorrido de besos húmedos por mi piel, hasta llegar a mis bragas.
Agarra la cintura de estas con los dientes y estira de ellas para quitármelas. Me encuentro expuesta, excitada, húmeda y ante un desconocido que me pone muchísimo. Se me escapa un gemido cuando su boca se posa en mi entrepierna y su lengua juega conmigo. Sujeto su cabeza, acaricio su pelo mientras me come, me lame, me besa y todo mi cuerpo tiembla. Me agarra los muslos, no quiere dejarme ir, ni yo que se vaya. Introduce sus dedos en mí, mientras su tortura placentera me vuelve loca, y sólo puedo gemir, moverme para sentirle más y más profundo y siento que me elevo, que me desarmo, que estoy a punto de correrme si sigue así.

Se aparta, dejándome a punto, vacía, enfadada, frustrada "Quiero sentir como te corres con mi polla dentro de ti. Quiero aprovecharte bien tras tanto tiempo ansiándolo". Se incorpora, coge su miembro y me lo roza por mi sexo, impregnándose de toda la humedad, lo pasea por mi clítoris y me llevo la mano a los ojos, tapándolos, intentando no correrme con sus acciones. Se coloca en mi entrada y se mete en mi interior, poco a poco, entrando y saliendo, sólo la punta de su erección, torturándome nuevamente hasta que, al fin, la mete entera y empieza a moverse, embistiéndome de manera salvaje, desesperada, hasta el fondo, mientras me pellizca los pezones con una mano y con la otra acaricia mis labios y mete sus dedos en mi boca.

Le miro a los ojos y repaso su cara, se muerde el labio, se le tensa el cuello y le noto las venas en él con cada embestida. Me desea, está disfrutándome, lo sé, y yo también a él. "Tócate" Y ante mi confusión saca su miembro de mi interior y lo vuelve a pasar por mi clítoris antes de volvérmela a meter de una embestida fuerte. Y entonces entiendo lo que quiere decir. Me acaricio, haciendo círculos con mis dedos y me siento llena, plena y cuando no puedo soportarlo más, me dejo ir. Mi cuerpo tiembla y puedo notar mis contracciones, como sé que las está notando él. Me agarra la mandíbula mientras mis gemidos inundan la habitación y sujeta mi pecho con la otra mano pudiendo notar, seguro, los latidos en mi pecho, acelerados.

Pero no para de entrar y salir de mí, una y otra, y otra vez, cada vez más fuerte, más ansiada, buscando su placer ahora que me ha dado el mío. Puedo sentir como se aproxima, como está más cerca y cuando ya no aguanta más el ritmo sale bruscamente de mí y se corre en mi cuerpo. Echa su cuerpo sobre el mío, mientras su respiración agitada golpea mi cuello y su semen caliente me sigue ardiendo en la piel. Lo toco con mis manos, restregándolo en mi barriga mientras me mira saciado, sorprendido... Y entonces me pregunto qué acabo de hacer.

Le hago un gesto para que se quite y me levanto, poniéndome la ropa nerviosa y rápido. Tengo que irme de aquí pero ya. Y cuando sólo me falta la camisa escucho las llaves. "Mierda, Sam…" Él ya está vestido.

Cuando Sam entra me mira extrañada, pero cuando nos quedamos solas en la cocina y el vecino se va me dice en el oído... "Kat, llevas la camisa del revés". Me doy la vuelta y me la pongo derecha. Meto mis manos en los bolsillos para volver con ella y noto algo. Es un papel, una nota que antes no estaba..."Espero volver a repetir, porque me gustaría ver una parte de mi dentro de esa boquita tan apetecible que tienes". Trago saliva y me pregunto en qué momento metió la nota ahí.

2 comentarios:

  1. Buena historia, aún que un poco más de paciencia al narrarla habría quedado mejor. Al igual que el cambio de estar en contra a participar, queda muy brusco, para mi gusto claro.
    Respira hondo al escribir y tómate tu tiempo, que la situación vaya surgiendo, no acortes los tiempos forzando las situaciones.
    Esto, claro, es sólo subjetivo mío ^^

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