Me desperté empapada, no sé si por la fiebre que últimamente me acompañaba dormida o la resaca, pero tuve la bastante lucidez de cuando, me limpié el sudor de la frente, ver que dormía el chico con el que había quedado por internet, en mi cama.
Estaba tapado solamente con unos calzoncillos cortos y yo me fui hasta el baño perdiéndolo de vista.
Me quite el pijama, lo tiré al suelo y gradué el agua de la ducha. Me enjaboné a conciencia arrastrando los resquicios de alcohol de la noche anterior, despojándome del sudor y relajándome con el agua caliente que me quemaba.
Me estrujé mi melena rosa y salí del baño envuelta en toallas cortas que poco tapaban mis kilos extra.
Cuando llegué, seguía prácticamente dormido, pero me puse frente a él y dejé caer la toalla que cubría el cuerpo, para empezar a echarme la crema hidratante.
Una parte pícara de mí me advertía que no estaba tan dormido como me quería hacer pensar. Y era evidente por el bulto que empezaba a subir bajo la ropa de cama.
Agarré dicha ropa y arrastre hasta mis pies haciendo que abriera los ojos de golpe, observando en bamboleo de mis pechos mientras me acercaba a su lado.
Me subí en la cama y plante mi coño en su cara, mientras sin mediar palabra me agarraba el culo y me apretaba.
Me agarré al cabecero de la cama mientras movía mis caderas adelante y hacia atrás, restregando mi humedad en su boca.
Cayo mi toalla del pelo con mi contoneo y las gotas de agua nos salpicaban a ambos. Sujeté firmemente su cabeza mientras me follaba su cara y el pellizcaba y azotaba mi culo.
Poco después me incliné hacia atrás para manosear su polla que palpitaba bajo sus calzoncillos. Metí la mano y la saqué, comenzando un sube y baja con mi mano pajeandolo mientras me comía. A más le tocaba, más me lamía, a más me chupaba, más fricción yo hacía. Hasta que la descarga eléctrica me sacudió la parte baja y me corrí en su boca.
Me paré unos segundos para recobrar el aire y bajé con mi cuerpo sobre el suyo despacio, impregnandolo de mí.
Y a la altura de su polla dura puse mi coño empapado y me senté, dejando que entrase en mí de una embestida y comencé a bailar, subiendo y bajando mientras agarraba mis tetas y me lo follaba despacio, lentamente, y de manera profunda, clavando mis dedos en su pecho mojado de mí. Poco a poco aumenté el ritmo, moviéndome mientras me restregaba con su polla en mi interior, hasta que minutos después sentí mi orgasmo nuevamente y me deje llevar, inclinándome hacia su boca para que absorbiera mis gemidos con sus labios.
Una vez así, seguí moviéndome despacio mientras nos devorábamos la boca y agarraba mis muslos buscando su placer.
Poco después sentí como me llenaba su corrida y esta vez fui yo quien ahogó sus quejidos con mi boca.
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