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viernes, 28 de enero de 2022

Una noche de tres +18





Aquella tarde quedé con mi amiga para salir a tomar algo. Llegamos al local y el chico con el que había quedado ella, nos esperaba, diciendo que en el último momento mi cita se había indispuesto. Estuvimos tomando varias copas al final del local en una mesa apartada del resto, con luz tenue,bastante discreta. Un par de horas después que se pasaron volando fuimos a casa, la que compartía con mi amiga, y cuando me disponía a meterme en mi habitación, ella puso tres copas balón que lleno en un abrir y cerrar de ojos.

Yo me sentía fuera de lugar, tan fuera que estaba al filo del sofá, estando el chico en medio y mi amiga en la otra esquina.

Mi amiga empezó a tontear metiendo mano al susodicho que empezó a calentarse. Yo cogía la copa, bebía, miraba a mis cuadros y pensaba en cambiarlos, "enserio me tiene que pasar esto a mí?..." Y cuando la dignidad me empujó a levantarme el agarró mi falda y tiró para que me sentara. Lo hice y su mano se posó en mi muslo, subiendo por mi piel mientras se morreaba con mi amiga, hasta llegar a mi ingle e introducir un dedo por debajo de mi ropa interior.

El alcohol y aquella situación poco usual hizo que me mojase y empapara su dedo. 

Se apartó de mi amiga mirándome y llevó su dedo a la boca de ella, la cual sonriendo lamió como si estuviera comiendo la polla de él.

Trague saliva y me deje llevar. Abrió los botones de mi camisa mientras yo acariciaba su paquete duro por encima de la ropa, y mi amiga se desnudaba ella misma.

Con los tres de pie ahora, me tumbó en el sofá y mi amiga se colocó siguiendo sus órdenes. Manoseó mi entrepierna, pegó bocados por encima de la tela en mi coño, mientras él se bajaba los pantalones y dejaba su polla libre cerca de mi cara, estando sus huevos a la altura de mi boca. Mi amiga siguió jugando  Echó mis braguitas a un lado y paso la lengua de abajo arriba deleitándose ahí, jugueteando, lamiendo, dando toquecitos y envolviendo mi clítoris con sus labios mientras él, que me había puesto los huevos en la boca y yo le chupaba, manoseaba mis tetas.

Sacó mi cabeza por el lateral del sofá y aprovechó la postura para meter su polla en mi boca hasta mi garganta. Me sentía llena, ahogada y en el éxtasis del placer.

Mi amiga seguía con su boca entre mis piernas, metiendo un par de dedos que entraban con facilidad. El movimiento fue tan hábil que pocos segundos después me estaba corriendo en su boca.

Se apartó, besó a nuestra visita y el me ayudó a incorporarme.

Nos puso de rodillas a ambas, a la altura de su miembro, y con su polla rozando nuestros labios, apretó nuestras cabezas masturbándose con ambas bocas mientras sacábamos la lengua y besábamos a él y entre nosotras. El erotismo nos cegaba y entre nuestros gemidos, nuestras manos sobandonos nuestros pechos la una a la otra, la visión pareció gustarle a nuestro invitado, porque aceleró el ritmo y la fricción de su polla en nuestras bocas era tal que sentimos como en un instante se corrió en nuestra cara.

Limpiamos su polla mientras le mirábamos y nos besábamos, lamiendonos la una a la otra.

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